miércoles, 26 de abril de 2017

No mas: ni mujeres ni niñas

Por Yania Salazar - Psicóloga Clínica 
       
Preocupa hoy en el mundo las crecientes cifras de abuso y violencia en contra de la mujer. La gente que es espectadora de estos actos se pregunta ¿Por qué de este fenómeno?. Los hombres acusan a las mujeres y nosotras igual les señalamos. Lo cierto es que algo falla, puede ser la instrucción, puede ser la sobre protección misma de los padres, o puede ser que la cultura social nos este empujando a una violencia de género basada en la debilidad y en el silencio. 

Yo trabajé en Colombia y aunada a las alarmantes cifras de suicidios, tema que he abordado a través del tiempo y que me preocupa mucho, vienen las cifras de violencia hacia la mujer, ante todo lo que oímos nombrar como feminicidio, pero el colmo no tanto es el acto de quitar la vida, sino de que el asesino también ha caído en el delito de violación y tortura y otros crímenes igual de deplorables, pero basados en la argucia de hacer sufrir a su víctima, de causarle dolor y propiciarse un alivio por conseguir esa "siniestra venganza". 

¿Qué clase de mente criminal es esta?

Un caso fue el de un hombre que perdió por el alcohol la razón y su humanidad y se transformó en un animal al violar a una niña. Otro caso fue en "sano juicio". Y otros más que se suceden por venganza por rencores reprimidos y algunos más por un machismo extremo.

Pero como mujer lo amargo del asunto, es pensar que fue una mujer quien dio a luz a uno de esos criminales, es también pensar que quizá algún evento afecto la mente de ese ser, o que el odio y el rencor marcaron esa pauta. Y no solo es en Colombia es en el mundo. Y la solución viene siendo el pedido de penas judiciales más duras para los agresores, pero pocos piensan que en las aulas escolares, en las universidades, en el mismo hogar se podría hablar del respeto por el prójimo.

Y es que la violencia se oculta bajo reglas que violentan el derecho al libre albedrío, hombres que le prohíben a sus parejas el uso de celulares, menos tener amigos y amigas, menos asistir a una fiesta, menos salir siquiera de la casa. Hombres que no quieren que sus esposas se maquillen, ni se arreglen el cabello, que no beban licor, ni bailen, que no se den sus gustos comprando ropa, ni se preocupen por verse bien.

Creo es justo con el hombre  decir que si se habla de igualdad, la mujer debe tratar al hombre también con el respeto que se merece, y si se adquiere la calidad de pareja contribuir con él, y no ser simplemente la compañera que ejerce como un "adorno" a su lado. Entre hombres y mujeres hay diferencias que ni un diálogo, ni un hecho reconcilia, no legisla ni Ley Mortal ni divina, Si se tiene hijos el papel del ejemplo es definitivo, ya esta comprobado el hecho de que hogares fracturados y divididos afecta a cada persona en distinta forma y la repercusión, para el caso de los niños suele ser que la historia vuelva a ser repetida.

Invoco a todos, entonces a ser ecuánimes, a pensar antes de elevar la protesta, a apersonarse de las circunstancias, a evaluar esos casos de ira y odio, a ver desde donde es que surge esta violencia, a razonar y no solo pretender darse golpes de pecho, ni sindicar, ni condenar, ni juzgar. Hoy están muriendo criaturas que aún no saben por qué del actuar de los más adultos. hoy una mujer es golpeada por su pareja e impera el silencio y la amenaza y es porque la sociedad vive en la zozobra y el miedo a las repercusiones. No es justo que una mujer tenga el razonamiento de que "él me golpea, pero  me lo merezco"

Es triste pensar que el sexo hoy sea una practica, como un deporte, como un rato sin sentido, como algo que sindica a uno y a otro participante de ser adultos, pero venga siendo vacío, fofo, libertino, exento del cuidado, de la ternura, del sentimiento, y ya no curse el amor, la pasión y el respeto. Hoy no hay sexo débil, creo todo sexo debería ser fuerte y más si es el compromiso de dos.