El Cabo
Todos queremos algo que es imposible
- Espérame - dice ella mientras se arregla el cabello y me pasa su bolso, va al baño
"el tocador" en donde se la ha pasado el resto del día. No puedo entender la lógica femenina en cuanto quiere desperdiciar el tiempo en cosas de vanidad.
Mientras ella viene me muerdo los cueritos del dedo gordo de la mano, y me hago una herida que parece superficial, la sangre quiere brotar rápido y por eso requiso el bolso de ella para dar con un papel desechable. No lo hay. de una mesa me robo una servilleta, aprieto el dedo y la sangre se absorbe y la blanca servilleta tiene el color rojizo.
- Pero qué te ha pasado? - dice ella viendo que la sangre no para.
Me arrastra al baño y me lava, la herida es una fisura diminuta pero la sangre no deja de fluir. Recuerdo un cuento de García Márquez en el que la protagonista muere desangrada.
Un ardor me invade y es que ella ha aplicado algo de alcohol, la sangre para al fin.
- Que terrible es - digo, y ella me mira creyendo hablo de la herida.
Pero en realidad lo que me pesa es la espera.
Debería de una vez acabar todo, apagarse la vida, e intentar que todo se corrija.
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