viernes, 25 de agosto de 2017

LA SULTANA DEL VALLE Y EL VAGABUNDO 1

EL TAPITA

La ciencia no ha podido explicar esa tendencia masculina a mirar a las mujeres de atrás para delante.

Será a mi conveniencia que cuando piso la ciudad de Cali el clima es fresco. "Es que hay sitios donde es más fresco que en otros" dice el Charlie. Yo a lo que apunto es que de todas formas las mujeres se dan y no ocultan su belleza, y ese color moreno les aporta una gama única, atrayente, único. El César tampoco se deja hipnotizar pero con igual emoción se arremanga la camisa y come su helado antes que el calor acabe con todo. En un garaje nos hacemos a unos ejemplares de poesía y verso con los que pretendemos conquistar a alguna mujer de amplía cultura, pero acá no conocen ni a Julio Florez y si apenas dan razón de Jorge Isacc el de María. Yo tampoco hago méritos para aparentar ser un intelectual. Entramos a una universidad y el Charlie con su cara de sapo se hace pasar Profesor y entra a un salón y echa un ojo a ver cual de sus alumnas tiene mejores piernas. Raya el tablero con la tiza y escribe en letra grande COITO, de su séquito de universitarias salen risitas como si el término fuese algo cómico, en eso llega el verdadero Profesor y el Charlie hace un saludo militar y se escapa, el César tiene la idea de emboscar a las universitarias en los baños, pero tales sitios están hechos un asco, se dirían convergen allí incultas doncellas dispuestas a ensuciar las paredes con sus pintalabios y tintes. Nos dirigimos a las biblioteca en donde investigamos temas de conducta humana y de paso dejamos nuestros libros de poesía en modalidad de donación, fotocopiamos al fin de la obra cumbre de Henry Miller una página en donde dice que a la vida hay que darle sentido porque carece de el y que el sexo es bello sin la sentencia de la concepción, la obsequiamos a la salida y de paso les echamos una mirada a las universitarias que salen vaporosas, orgullosas y untadas del conocimiento que usarán cuando algún galán prometa y les abra las piernas. La hoja no la leen, la doblan y la almacenan entre sus demás cosas. En definitiva la gente ilustrada no está en la Academia, nos vamos a buscar al "Aviador"  un tipo que conoce la ciudad...

Sigue...  

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