César Vélez
Tres cerditos me enseñaron a elegir una casa pero un lobo fue más sabio, me enseño a soplar.
Un Cura decía que Dios y el Diablo coincidieron en la Creación.
Dios hizo al hombre.
El Diablo a la mujer.
A veces le doy la razón a la teoría del Cura.
Hasta pienso en que las mujeres tienen el control del mundo, pues al cerrar toda esperanza en el amor y su atenuante el sexo darían por sentado de que el mundo se iría acabando, ya nadie nacería y todos los que estamos iríamos muriendo.
Triste panorama.
Yo no dejo de pensar en que la emboscada del instinto es orquestada desde una energía poderosa que dio impulso a esta vida, pero se olvido de darle sentido, es sin duda como hoy dependemos de la educación para que la vida se encauce y sea el ser patrimonio de la humanidad y no un criminal.
La oscuridad se me hace apremiante, postergo el siguiente paso, la siguiente bala, la siguiente copa, la siguiente mujer. Que rareza, esta que viene encausada por una mujer que dice que te dio vida por un antojo, y luego te echa a rodar y debes aprender que la serpiente se sigue arrastrando, que la vida sigue apareciendo y la muerte le secunda.
Y el sexo es atrevido, tanto como la ignorancia, como la que se va de Puta y cuida sus óvulos, o el que dispara y luego pregunta.
Sigue...
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