César Vélez
La otra vez con asco tuve que escuchar a un pedófilo contar su aventura con una nena de doce años -¿Qué no es una nena? - Bueno, el tipo decía que ella ya no era virgen por acción del propio padre, y probó el sexo y le quedo gustando, y ahora lo hace por regalos. "Verás" decía el tonto: Su cosita apenas va tomando forma y tiene vello, la unte con vaselina y entro y ella hacia unas caras que no más fue cosa de minutos cuando ya la vara disparo. No tenía formadas sus teticas.
Saber que alguna nena mintió sobre su edad y cuando destape el cuerpo me encuentro con las señas de virginidad intacta y miedo absoluto.
No es compasión, es mejor lástima de que la perversión no solo me toque a mi.
El mundo es terrible.
Oigan yo no me atreví, cada quien a lo suyo.
El pedófilo tampoco va más, sufrió un accidente fantástico, como de película, estaba sacando filo a su flecha en un baño en un tercer piso cuando una bala le voló ambas cabezas, dicen fue un francotirador. Debió ser.
Cabo, hideputa, - ¿dónde estabas en ese momento? -
Y el Cabo:
"En una misión"
Hay un robo en una tienda, el ladrón mira con malicia a la adolescente que atiende, lleva un sostén que se le transparenta en la camisilla, ni suda, pero que prospecto de mujer será. Estoy a la vuelta de la esquina cuando la gente sale despavorida de la tienda y el ladrón se ha convertido en secuestrador y quiere ascender a violador.
Cabo - ¿En dónde dejaste la carabina?
No hay justicia, el agresor huye y la violentada chica paga para vengar su crimen, yo me le apunto pero ella pagará con romance... ya no sé si seguir con esta historia...
Sigue...
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